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Tejedoras Mayas proponen ley de propiedad intelectual colectiva |
12 Septiembre 2017 | ||||||||||
El Movimiento Nacional de Tejedoras Mayas ha presentado al Congreso de Guatemala un proyecto de ley que busca reconocer la propiedad intelectual colectiva de los pueblos indígenas. Las Tejedoras quieren normas que protejan sus creaciones textiles, fruto de su labor y de siglos de filosofía maya. Para eso, proponen ampliar la ley de propiedad intelectual para reconocer la propiedad intelectual colectiva de los pueblos indígenas. Las Tejedoras vienen articulando esta demanda de manera estratégica hace casi un año. En mayo de 2016, las Tejedoras presentaron una acción de inconstitucionalidad contra el Estado de Guatemala ante la Corte de Constitucionalidad: demandaron el Estado por omisión de normas que protejan sus creaciones textiles. En los meses que siguientes las tejedoras recibieran amplio respaldo nacional provocando un debate nacional sobre los derechos de autor de las tejedoras mayas que crean los güipiles-- la indumentaria Maya que contiene saberes mayas milenarios. El Movimiento de Tejedoras Mayas reúne cerca de 30 organizaciones de 18 comunidades lingüísticas en Guatemala. Esta liderado por la Asociación Femenina para el Desarrollo de Sacatepéquez, conocido como AFEDES. Más allá de las reformas jurídicas, el concepto de propiedad intelectual colectiva defiende la autonomía indígena. Las Tejedoras denuncian el robo del arte textil Maya como una forma más de despojo. “Hay que proteger nuestros saberes textiles igual que protegemos nuestros territorios,” dice Angelina Aspuac, tejedora de AFEDES y estudiante de derecho en la universidad. Para ella “la protección intelectual es un reto fundamental de la autonomía.”
Una reforma de ley por la propiedad intelectual colectiva indígena El Movimiento de Tejedoras presentó su proyecto por el reconocimiento de la propiedad intelectual colectiva a diputados en noviembre 2016, quienes propusieron revisiones técnicas. El proyecto fue revisado por ambos, Tejedoras y diputados, antes de ser formalmente presentado al Congreso en febrero de 2017. La iniciativa de ley N. 5247 fue formalmente aceptada, y tiene el apoyo de más de 16 diputados. Ahora la iniciativa de ley tiene que pasar al pleno del Congreso. Las Tejedoras saben que tienen un apoyo limitado, pero cuentan con un aliado clave: la Comisión de Pueblos Indígenas. Entre los varios diputados que conforman esta Comisión esta Leocadio Juracán (Partido Convergencia), presidente de la Comisión. Juracán es un dirigente de base que viene de una familia maya rural y fue coordinador del Comité Campesino del Altiplano. Son 5 artículos que se propone reformar en la Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos, la Ley de Propiedad Industrial, Ley de Protección y Desarrollo Artesanal y el Código Penal. La iniciativa de ley tiene dos objetivos. Por un lado, pide que se reconozca una definición sobre lo que es la propiedad intelectual colectiva, lo cual está vinculado al derecho de los pueblos indígenas de administrar y manejar su patrimonio.
Por otro lado, la reforma pide que se reconozca los pueblos indígenas como autores intelectuales, en cual caso beneficiarían automáticamente de la ley de propiedad intelectual. Reconocer a los pueblos indígenas como autores igual que individuos o empresas significa que corporaciones que benefician de la exportación de tejidos mayas tendrán que devolver un porcentaje de sus ganancias a las comunidades quienes son autoras. “Somos artistas,” explica Angelina Aspuac, “los pueblos son los autores. Lo que pedimos es que se reconozcan como sujeto colectivo a los pueblos indígenas, y no sólo a la persona individual o a una asociación”. Esta reforma de ley es el camino más rápido y más factible en el contexto político actual para conseguir una regulación nacional. En el largo plazo, las Tejedoras aspiran no solamente reformar, pero crear una nueva ley específica para la propiedad intelectual colectiva de textiles mayas. Además de leyes nacionales, las Tejedoras buscan proteger su arte textil a nivel comunicatorio. Ellas ya están dialogando con 6 comunidades para que declaren los textiles de su comunidad un patrimonio ancestral. En Santiago de Sacatepéquez, Santo Domingo Xenacoj, Santa Lucia Utatlán, y San Juan Comalapa las tejedoras ya están listando sus diseños y discutiendo con autoridades locales como proteger su propiedad colectiva. En el comunitario, son las comunidades que declaran su patrimonio desde sus propias instituciones, normas, y justicia. Cabe a las Tejedoras la autoridad y autonomía de registrar sus creaciones colectivas de acuerdo con las formas de organización de cada pueblo. Las Tejedoras de AFEDES La historia del Movimiento de Tejedoras Mayas empezó con una preocupación con el alto costo del hilo entre las tejedoras de AFEDES. Al intentar resistir la comercialización en bloque, AFEDES se dio cuenta de que todos los hilos eran importados, con monopolio que mantenía los precios altos.
Además de hilos, las Tejedoras empezaron a discutir las dificultades que tenían en exportar sus tejidos. Los requisitos para exportación establecidos por el Estado de Guatemala benefician los grandes empresarios mientras perjudican las pequeñas tejedoras, que por ejemplo no lograban certificados de hilos. La ironía es que el Estado de Guatemala utiliza la riqueza cultural maya y sus tejidos para promocionar el turismo, pero no apoya las tejedoras quienes son discriminadas con trampas comerciales. Fue así que en 2014 las mujeres de AFEDES se animaron a iniciar proceso de litigio para exigir al estado normativas para proteger creaciones de los pueblos indígenas. Pero no se trata solo de hilos y tejidos. Sandra Xinico, tejedora de Patzún, Chimaltenango, explicó a Prensa Libre que “no se trata únicamente de un pedazo de tela que se elabora a mano, porque nuestros tejidos se hacen con base en la cosmovisión, ideología e historia de los pueblos”. Las Tejedoras mayas denuncian una fuerte apropiación cultural por parte del estado y de las empresas de Guatemala y al hablar de textiles piden que se hable de consentimiento. “Llaman de inspiración, pero realmente es un robo y hay que empezar a verlos como un robo”, dice Aspuac. El periódico Guatemalteco Plaza Pública fue explícito con un artículo intitulado “Arte Robado: la batalla legal de las tejedoras mayas”. Según Juan Castro, uno de los abogados que apoya el Movimiento de Tejedoras Mayas, la lucha de las Tejedoras Mayas es más que una batalla jurídica. Es un acto de resistencia por la autonomía de los pueblos.
Despojo de saberes: la propiedad intelectual colectiva como resistencia al despojo territorial El Estado colonial se construye no solamente a través del despojo de la tierra, sino que también despojo de conocimientos. Aspuac lo tiene muy claro cuando asocia los textiles al patrimonio maya. “Los textiles son parte de los territorios. Proteger el agua y la tierra es proteger los textiles… son nuestros conocimientos. El despojo de los pueblos no ocurre solamente en los territorios, esta también en el despojo de nuestros saberes textiles”. El extractivismo de los territorios ha sido acompañado por un extractivismo del trabajo indígena y de sus saberes ancestrales y fuerza comunitaria. En Guatemala como en otras partes del continente, las mujeres indígenas son explotadas, reciben sueldos mínimos y siguen confrontadas a altos niveles de violencia y discriminación. Por un lado, las empresas exportadoras están extrayendo las producciones de tejedoras mayas, explotando su saber y labor. Por otro lado, se está empezando a confeccionar güipiles industriales hechos a máquina y no por manos de tejedoras. Esta industrialización anuncia la muerte de saberes milenarios, la perdida de conocimientos que los pueblos han transmitido de una generación a la otra. En este contexto, las tejedoras mayas buscan soluciones comunitarias como la declaración de patrimonio ancestral porque saben que si por un lado pueden imaginar reformar leyes estatales también tienen que protegerse del estado, un ente históricamente racista que ha orquestado muchos despojos mayas. Uno de los orgullos de las Tejedoras es haberse empoderado de este proceso político. No hay intermediarios ni ONGizacion. Ellas mismas se organizan, analizan las opciones, se informan sobre cómo funciona el gobierno, proyectan su litigo estratégico. Ellas dan las entrevistas a la prensa y se reúnen con ministros. “Somos sujetos de derecho en este proceso de defensa de nuestros territorios y vestimenta textil- nadie habla por nosotras. Estamos imponiendo respeto a nuestros pueblos.” |