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El Carnaval de Bielsa |
29 Febrero 2012 | ||||||||||
La tradición ancestral de los Pirineos
Bielsa es un municipio de la comarca del Sobrarbe, en la provincia de Huesca en Aragón (España), donde aún es posible escuchar hablar en belsetán, una de las variantes dialectales del idioma aragonés, y revivir año tras año algunos de los ritos ancestrales del Pirineo en la celebración de su Carnaval, del que aseguran ser el Carnaval más antiguo de España; un carnaval que ni siquiera la Guerra Civil (1936-39) ni la dictadura de los años siguientes y su prohibición de celebrar los carnavales en prácticamente todo el territorio español pudieron parar su tradición. Hay que buscar los orígenes del Carnaval de Bielsa en los ritos y tradiciones precristianos del Pirineo: se fundamenta en el mito de la vuelta a la vida, en la celebración del equinoccio de primavera, en el deseo de un buen comienzo de año, de buenas cosechas, fertilidad, liberación y expulsión de espíritus y criaturas malignas.
La celebración comienza el fin de semana anterior al Miércoles de Ceniza con la invasión del pueblo por parte de los “goluchos”, muchachos del pueblo que, vestidos con sacos y harapos, anuncian la llegada del carnaval por las casas. Es el momento de colgar bajo la ventana del Ayuntamiento a “Cornelio Zorrilla”, un muñeco de trapo y de paja considerado culpable de los males que acechan al pueblo y representación de la idea de carnaval. Permanecerá allí hasta el final de las fiestas, cuando se le bajará y, tras apalearlo y castigarlo duramente, será quemado en la hoguera. Durante dos días el pueblo parece viajar en el tiempo a un pasado remoto en el que las “trangas”, personajes míticos mitad humanos-mitad animales, aterrorizan a los habitantes de la comarca que allí se dan cita… Sus cornamentas de macho cabrío, el ruido de sus cencerros y su actitud violenta y, en ocasiones, incluso obscena les convierte en diabólicos protagonistas del carnaval, pero su función no es otra que la de asustar al invierno y a los espíritus, tanto fallecidos como presentes, y despertar a la tierra del frío para que se pueda volver a sembrar golpeándola con sus trancas (palos muy largos).
Otros de los personajes destacados del carnaval de Bielsa son el “Onso” (representación del oso que habita en la zona), los “Domadores” y las “Madamas”. El “onso” (un mozo envuelto en un saco relleno de hierba seca y cubierto por una piel de cabra que camina agachado apoyándose en dos bastones) se convierte en figura destacada en las celebraciones. Encadenado, es arrastrado por las calles del pueblo mientras el “domador” azota su lomo una y otra vez con una vara. Este personaje simboliza al oso que despierta después de hibernar, la representación de los malos espíritus. De acuerdo con la mitología aragonesa, el oso es un símbolo del inframundo, mensajero de los muertos y guardián de las almas de los difuntos. Según el rito ancestral, en Febrero, concretamente el día de la Candelaria, si el oso sale de su cueva invernal y se encuentra la luz (la luna llena) vuelve a su refugio a seguir durmiendo con el consecuente retraso del inicio de la primavera durante cuarenta días más y que, sin embargo, si la noche es oscura y cerrada, se adelanta el ciclo. La leyenda también dice que el oso, ante la luna nueva, liberará las almas de los muertos. Los personajes protagonistas del carnaval, trangas y onsos, se pintan la cara de negro para engañar al animal y ayudarle a salir del letargo invernal, dando paso, por fin, a la primavera.
Curiosamente, la figura protagonista del oso se repite en las celebraciones de carnaval de los diferentes pueblos pirenaicos. En el caso de la celebración en el pueblo de Torla (también en la comarca de Sobrarbe) un híbrido de oso y macho cabrío, que representa en este caso al Carnaval, es humillado, juzgado y condenado a muerte. Algunas interpretaciones, en consonancia con las creencias de otros pueblos europeos de raíz celta, señalan al oso como la representación de la tradición pagana que es sometida por una nueva cultura dominante; esto dotaría de otro sentido a los golpes y el control que el “domador” ejerce sobre el “onso”. De cualquier modo, en el recorrido de toda la cordillera pirenaica, cruzando tierras vascas, navarras, occitanas, catalanas y aragonesas, se asocia con el oso una mitología ancestral en forma de creencias, historias, leyendas, expresiones, nombres… que a menudo son compartidos con otros pueblos como comentaba antes. Las madamas, que simbolizan la primavera y su color, son muchachas del pueblo ataviadas con un vestido tradicional, lleno de cintas de diferentes colores, joyas, camisa blanca y un peinado especialmente trabajado. La tradición dice que las trangas deben recogerlas en sus casas y llevarlas a la plaza del pueblo donde acabarán bailando.
Otros personajes del carnaval de Bielsa son: Los “amontatos”: Una figura de cartón que representa una vieja sobre la que se encarama un mozo. Da un posible significado: el viejo ciclo que se va, el cual soporta a sus espaldas -la vieja- y el nuevo ciclo que llega -el hombre subido a sus espaldas-. Las “hiedras”: Disfraces muy elaborados hechos únicamente con las hojas de ésta planta. Hacen referencia al triunfo de la vida y a la inmortalidad. Las “garretas”: Disfraces hechos con pañuelos de colores en honor a la primavera Los “caballé”: Un caballo hecho de mimbre al que se le añade una falda y se coloca en la cintura, como si se montase. Este personaje es el intermediario entre los hombres y el mundo de los espíritus, siendo el encargado de conducir las almas de los difuntos a su destino. Los “copos o flocón”: Un disfraz que está compuesto por un vestido cubierto de bolitas de algodón simulando la caída de nieve. Y los “chotos”, personajes disfrazados de cría de cabra que acompañan a las trangas, madamas y onsos en todo momento. |