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"Los fenómenos paranormales existen, no es una cuestión de fe"

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04 Octubre 2012

Grupo Hepta. De Izqda. a Dcha.: (abajo) Sol Blanco Soler, Paloma Navarrete, Piedad Cavero, (arriba) José Luis Ramos, Padre José María Pilón y Lorenzo Plaza. Fuente: www.grupohepta.com

Entrevista a Paloma Navarrete, sensitiva y miembro del grupo de investigación Hepta


Fundadora del primer Gabinete de Futurología de Madrid, Paloma Navarrete lleva más de treinta años dedicada al mundo de los fenómenos paranormales y a la videncia. Colaboradora habitual en diferentes medios de comunicación, pertenece desde el año 1987 al Grupo HEPTA, un equipo de Investigación de Fenómenos Paranormales que le ha permitido vivir en directo experiencias únicas y participar en las investigaciones más relevantes en el territorio español. Paloma es también psicóloga y tiene además formación en astrología, quirología, numerología, cábala, mitología y antropología.

Hoy Paloma abre la puerta de su casa a Shan Newspaper para compartir con nosotros su conocimiento y experiencia personal.


Cuando hablamos de las diferentes facultades psíquicas o “poderes mentales” como la mediumnidad, premonición, precognición o la videncia, se tiende a no distinguir entre ellas generalizando el concepto. En tu caso, ¿cómo te defines?

Yo me defino como sensitiva. La palabra “sensitiva” engloba el término de clarividente, el de vidente en el tiempo, el de telépata y en realidad toda la parte de los fenómenos “psi” de la parapsicología. La precognición, retrocognición… no son más que pequeñas partes de una misma entidad. Yo me defino como sensitiva porque es la definición que más abarca. Puedo decir que soy clarividente, podría decir que soy médium porque también tengo capacidad de medianidad, no médium de incorporación pero si médium de comunicación. Sin embargo, no tengo ninguna capacidad de telekinesia, que podría ser otra parte de éstos mal llamados “poderes”. Hay sensitivos que sí pueden llegar a mover objetos y en cambio no pueden tener capacidad de videncia o de premonición.
Las personas que tienen estas facultades tienden a desarrollar al máximo su capacidad extrasensorial en todas las ramas que puede. Hay que tener en cuenta que todo está entremezclado. Normalmente una persona con capacidad suele empezar por la telepatía y, a partir de ahí, sigue ampliando y abriendo caminos mentales. Después eliges tu herramienta, la que más te pueda gustar de todas. A mi la que más me gusta es la bola de cristal.



Paloma Navarrete con Iker Jiménez en CUARTO MILENIO

¿Puede cualquier ser humano desarrollar estas facultades o deben existir necesariamente elementos innatos?

Todos tenemos estas facultades ya que no son capacidades sobrenaturales, son capacidades de nuestro cerebro y todos las tenemos en mayor o menor medida. Es como los talentos, siempre hay una base que se puede desarrollar. Siempre se puede mejorar.


¿Cómo puede distinguir alguien entre estar experimentando un fenómeno o alguna alteración psicológica? ¿Puede la imaginación llegar a convencer a un supuesto “vidente” de que el fenómeno es real?

Es una pregunta complicada y la respuesta también lo es porque a veces están entremezcladas las dos cosas. Por ejemplo, hay muchos pacientes psicológicos que están en terapia en psicoterapia y que tienen bastante desarrolladas estas capacidades pero que quizás también alucinan y es muy complicado distinguirlo. Sin embargo sí es posible distinguirlos porque cuando son fenómenos de precognición o de premonición, de percepción extrasensorial en general, tienen una lógica y las que son alucinaciones no la tienen. Cuando un ente transmite un mensaje tiene una razón de ser, tiene una lógica y, normalmente, también tiene una utilidad. Si durante una visión alguien me dice que tengo que saltar por la ventana te aseguro que se trata de una alucinación.


Cuando una persona es consciente de que posee esta facultad y la acepta, ¿qué herramientas le pueden ayudar a controlarla?

Lo primero es no entrar en pánico. Lo segundo no obsesionarse con esa capacidad y empezar a pensar que todo son señales, que todo son revelaciones… hay que tener cuidado. Y lo tercero es intentar establecer un mecanismo para abrir y cerrar esa puerta para evitar llegar a enloquecer. Podemos buscar un objeto, como pueda ser la bola de cristal en mi caso, con el que pueda hacer “clic” y destapar esa capacidad y cuando hago “clic” y cierro soy una persona “normal”. De esa manera se puede controlar esa capacidad, aunque lo ideal es tener un maestro.


En tu caso, ¿cómo fue este proceso? ¿Cómo descubres que tienes la facultad de  la videncia? ¿Cuáles podrían ser las primeras manifestaciones del fenómeno?

Yo desde niña he visto cosas que iban a pasar. A mí me parecía que eso era normal aunque en casa no me tomaban en serio. Pensaba que a todo el mundo le pasaba lo mismo pero a medida que fui creciendo me di cuenta de que no. Nunca ha sido una obsesión ni me ha parecido algo terrible, además yo lo utilizaba para cosas muy de la vida cotidiana. Ahora pienso que quizá era algo frívola en esos años.



Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

Cuando se comienzan a experimentar estas visiones, hablando de estos primeros pasos… ¿es posible que el vidente pueda llegar a creer que, en realidad, es él quien los provoca? ¿Puede pensar que es el culpable de que ocurran?

Eso me pasaba cuando era pequeña. De repente, tienes manía una compañera de tu clase y un día que ella está corriendo por el patio ves como se cae y se hace una herida en la rodilla; y efectivamente se cae y se hace esa herida. Entonces piensas “¡qué mala soy!” porque he sido yo quien lo ha provocado. Luego te vas dando cuenta de que eso no es así. Si una persona piensa que es el culpable de que ocurra todo, al final pretendes provocar esos fenómenos. Sin embargo, no tienes capacidad para hacerlo. No puedes modificar el destino.


En alguna ocasión has hecho referencia al período que pasaste en Guatemala aprendiendo a manejar la videncia con un chamán. ¿Cuáles dirías que son las “lecciones” más valiosas que pudiste aprender?

La primera, la paciencia. He estado horas y horas meditando… o mirando un espejo para que se acabara borrando mi imagen del espejo y empezar a ver algo. Hay que aprender a controlar la frustración. La segunda es entrar en un estado de consciencia concreto: hay que aprender a mantenerse en un  estado de consciencia expandida en el que pueden pasar esas cosas. Es un aprendizaje largo al que hay que dedicar mucho tiempo. Mi chamán me dejaba sola trabajando y se marchaban. Nunca me contestó una pregunta, jamás, y yo me desesperaba. Luego me di cuenta de que los maestros no contestan directamente nunca pero que te ponen en situación para que tú descubras la respuesta. Fue muy apasionante. He visto cosas increíbles.


A lo largo de la historia, todos los pueblos han demostrado la creencia en estas facultades psíquicas e incluso las religiones mayoritarias han tratado de concederlas un espacio atribuyendo a la divinidad la concesión de éstas al ser humano. ¿Es necesario para el ser humano creer en la existencia de estas facultades para justificar determinados comportamientos de la mente que no puede explicar?

No es necesario creer. Las facultades existen, el fenómeno existe y no es una cuestión de fe. Yo no creo, yo compruebo. Puede ser que alguien no quiera creer, como en el caso de algunos científicos que tachan esto de “paparruchas” y tratan de buscar una respuesta “lógica” al hecho de que alguien pueda saber dónde ha estado esa persona el fin de semana y qué ha estado haciendo sin tener ni idea de quién es ni saber nada de su vida… he oído muchas veces eso de “te lo habrá dicho alguien”, pero la realidad es que el hecho existe. Las capacidades están ahí y las cosas ocurren. Los fenómenos se producen.



Paloma Navarrete y Laura W. Valenzuela

Algunas teorías apuntan a que la existencia de diferentes niveles de consciencia podría dar explicación a determinadas experiencias. ¿Es posible ver en sueños lo que no vemos cuando estamos despiertos?  ¿Existen los sueños premonitorios?

Las capacidades tienen que ver con el funcionamiento del cerebro. Cuando dormimos, la corteza cerebral, que es la parte de conocimiento lógico que está muy activa durante el día, reduce su actividad. En cambio, las partes más primitivas del cerebro, que es donde se producen estas experiencias, están pletóricas de actividad. Por lo tanto de noche se percibe mucho más y se debe a que cuando tú estás en un estado de consciencia de sueño tienes toda esa actividad que al final sale a la luz porque no está censurada por la corteza.


Algunas personas dicen ver en alguna ocasión a familiares que han fallecido en el lugar en el que habitualmente estaban cuando vivían… ¿De qué fenómeno hablaríamos en este caso?

Antes de nada hay que distinguir entre un fenómeno de “fantasmogénesis”, que es cuando esa entidad aparece como tal y se comunica, nos habla, etc.… y un fenómeno de impregnación, que no quiere decir que ese ser desencarnado esté ahí, sino que hay una impregnación en ese territorio de una vida pasada y cuando llega una persona sensitiva decodifica esa información… es como si hubiera una película.


¿Entonces hablamos de impregnación en esos casos de “fantasmas errantes” que, en un determinado lugar, repiten una y otra vez los mismos actos dando lugar a leyendas y creencias populares?

Son espectros. Lo que queda impregnado en este caso es un acto que este espectro hacía todos los días o que repetía muy a menudo, o también un acto muy traumático que ocurrió en ese lugar con ese personaje de protagonista pero que ya no está ahí.


En el año 1987, el padre Pilón crea el grupo Hepta al que perteneces: un grupo de investigación sobre el fenómeno paranormal muy heterogéneo: un teólogo y filosofo, un matemático y astrónomo, un físico, un médium, una periodista, una sensitiva… ¿Cómo puede ayudar la ciencia al estudio de los fenómenos paranormales?

El padre Pilón quería formar un equipo polivalente con científicos para que fuera un equipo de investigación serio. Lo primero que hay que descartar en una investigación de fenómenos paranormales son precisamente los “fenómenos normales”. Hay que comprobar que todas las condiciones están dentro de la normalidad y que el fenómeno no puede ser algo que ocurra bajo las leyes de la física. Una vez se descarta esto, empezamos a trabajar mi compañero Daniel Chumillas y yo intentando comunicar con lo que está pasando, o con el personaje que se aparece en la casa en la que están sucediendo los fenómenos.



Tabla Ouija

Con el grupo Hepta has participado en la investigación de fenómenos muy mediáticos como en el caso del Reina Sofía o el Palacio de Linares ambos en Madrid. El informe sobre el Reina Sofía se hizo famoso por su publicación en un conocido periódico español, Diario 16, ya desaparecido. Una de las cosas que más llamó la atención sobre la investigación fueron algunas de tus experiencias personales, como la visión de las monjas paseando por los pasillos, además de las manifestaciones mediante la ouija. ¿Cuál fue el fenómeno que más te marcó de esta investigación?

Nosotros investigamos de una manera absolutamente privada. El director del Reina Sofía nos dejó entrar y empezamos a ver todo lo que pasaba allí. Los guardias de seguridad estaban cansados de que el montacargas se pusiera en marcha solo sin que estuviera conectado el cuadro de luces y eso lo vimos nosotros estando allí. Paseando por las salas vacías, y detrás de una pared de pladur blanca, yo vi dos muertos que se asomaban muy enfadados: una monja y un fraile. Comenté que allí había dos muertos al jefe de seguridad, que me preguntó cómo sabía yo eso…” yo no lo sé, simplemente lo veo” le dije. “Pues sí, efectivamente hay tres muertos. Hay tres féretros porque cuando empezamos a cavar en el jardín para hacer las obras, empezaron a salir huesos y enterramientos. Salieron los enterramientos de los fundadores de la orden hospitalaria de aquí y como no sabíamos qué hacer con ellos, los colocamos aquí tapándolos con una pared de pladur” me confirmó él. Le pedí verlos e hicieron un agujero en la pared para que  pudiéramos dar cuenta de que, efectivamente, estaban allí los féretros.


El grupo Hepta trabaja siempre de manera altruista e imagino que en alguna ocasión os habéis enfrentado a situaciones particularmente complicadas. ¿Podrías contarnos alguna de esas investigaciones especialmente difíciles?

Nos llamaron los dueños de una gran casa situada en una pequeña localidad a las afueras de Madrid porque ya no podían seguir viviendo allí. En la casa se aparecía un señor bajando las escaleras y lo veían todos, incluso  los amigos de los hijos que ya no querían ir más a la casa. Todo el mundo estaba aterrado. Desde que llegaron a esa casa las relaciones familiares empezaron a ser un desastre espantoso, todo iba mal, así que nos llamaron. Efectivamente, allí había un señor que bajaba por las escaleras y, además, se podían oír los pasos en las grabaciones que hicimos… el sonido se correspondía al ruido que podría provocar si bajara los peldaños en chanclas. Los dueños, de hecho, ya se habían marchado de la casa. Este señor era muy impertinente, por boca de mi compañero Daniel insultaba con palabras muy fuertes y lo que venía a decir es que no se quería marchar porque lo que pretendía era que se fuera la familia que se había mudado allí. La historia es que, en la época de la guerra, él era el dueño de esa casa. Un día le sacaron a la calle por la fuerza y en la primera esquina le dieron un tiro en la cabeza resultando que el hombre que le mató era pariente del que había comprado la casa después, del dueño actual, y todo el afán de aquel difunto era que éstos se marcharan. No estaba dispuesto irse de la casa hasta que no se fuera la familia y no lo pudimos sacar de la casa porque si no quieren irse, no hay manera de hacerlo.



Paloma Navarrete, Piedad Cavero y Sol Blanco Soler, del Grupo Hepta, dentro del ciclo de conferencias "40 años de Parapsicología en España (2010)"

¿Has sentido miedo alguna vez?

La única vez que he sentido angustia, no miedo, pero si una angustia terrible fue en el Reina Sofía, en una sala redonda que hay abajo en el sótano. Cuando entré en esa sala sentí una angustia que me presionaba y apenas me dejaba respirar. En las paredes, de pie atados con cadenas y argollas de hierro, había hombres y mujeres vestidos con camisones blancos. Uno de ellos estaba demasiado cerca del que tenía al lado, se acercó y le dio mordisco arrancándole media cara. Eso lo vi. Se lo comenté al jefe de seguridad que me confirmó que esa era la sala de locos furiosos y que, cuando se hizo la obra, habían sacado fuera las argollas y las cadenas de hierro. Es la peor sensación que tenido en toda mi vida.


El mundo de los fenómenos paranormales, de los “poderes mentales” siempre ha sido muy atractivo para los medios de comunicación. Estamos acostumbrados a que videntes, médiums, etc. aparezcan en televisión mostrando todo aquello que saben hacer. ¿Cómo os ha afectado a vosotros el papel de los medios? El caso del Palacio de Linares acabó de manera desastrosa precisamente por la incursión de los medios… ¿En qué os ha perjudicado o beneficiado el tratamiento que los medios de comunicación hacen de estos temas?

A nosotros no nos ha beneficiado en nada. Los medios de comunicación han entrado en estos fenómenos “a saco”. Lo único que les interesaba era el espectáculo, la investigación nada. El único programa actual que trata estos temas con respeto y seriedad es “Cuarto Milenio” (se emite en CUATRO, canal de televisión española) con Iker Jiménez. Ha habido algunos otros programas, con Javier Sierra o el Dr. Jiménez del Oso, pero de eso hace ya muchos años y siempre han sido minoritarios. Lo que sí ha habido ha sido espectáculo puro y, además, cuanto más burdo, cuanto menos fiable, mejor para los medios. Ha sido francamente malo para las personas serias. Les ha ido muy bien a toda una serie de “showmen” que han ido por ahí ganando mucho dinero, pero no es serio. No habido algo con rigor suficiente como para que se haya creado una escuela, por ejemplo. En Barcelona se intentó una universidad con formación en fenómenos paranormales pero se quedó en nada.


Una pregunta que se hacen muy a menudo los más escépticos es si las personas que tienen estas facultades colaboran de algún modo con investigaciones policiales en el caso de desaparecidos, por ejemplo. Y si lo hacen, por qué no sale a la luz ¿Existe esa colaboración entre la policía española y los sensitivos?

Cuando existen son extraoficiales, siempre extraoficiales. Yo he colaborado porque he tenido amigos a la policía que han venido a preguntarme. La policía no busca a los sensitivos, a los paragnostas. Ahora bien, toda esa caterva de iluminados que andan por los medios de comunicación llaman a la policía creando una gran confusión, algo terrible... y la policía, obviamente, ya no se interesa por el asunto. En Estados Unidos funcionan de otra manera. Yo si que he colaborado. En algunos casos de ETA he podido saber si esa persona está viva o no porque yo voy viendo un escenario donde, por ejemplo, aparece en un coche o veo como lo llevan caminando por una carretera. Saber exactamente dónde se encuentra es muy difícil, yo veo un paisaje pero no sé si están el norte en el sur. Lo que si se es si está muerto o vivo.


Y para terminar… ¿qué aconsejarías a aquellos que creen tener alguna de estas facultades psíquicas?

Lo primero es que no tengan miedo, que no se asusten y que consideren que esas capacidades son de aquí, que no hay espíritus que las concedan sino que son capacidades de nuestro cerebro. Lo que hay que intentar es buscar un método para desarrollarlas y controlarlas. Hay que tener en cuenta que estas facultades nos pueden ayudar en la vida cotidiana. Que no vayamos de salvadores del mundo diciendo o queriendo decir lo que vemos porque lo mejor es callarse y ser prudente. Y luego, que encuentren una persona que les puedan orientar dándoles algún tipo de sistema o una técnica para desarrollarlo.

 

Para más información sobre Paloma Navarrete y contacto:

www.grupohepta.com

www.tarotarcano21.com