Página en Español

Experimento “Pretty Woman” con Wilma

Imprimir
23 Octubre 2014


Castelldefels (Barcelona)

Estamos a 18 de Octubre, sumergidos ya en el otoño, y cuando me he levantado esta mañana el sol brillaba con fuerza calentando el sábado hasta los 26º. La playa hoy está llena de gente sorprendida por poder disfrutar del mar, más azul que nunca, un día más. Después de una semana complicada de trabajo en la que, además, Wilma ha estado enferma, he decido aprovechar la mañana para pasear y disfrutar con ella sin prisas, sin tener que estar pendiente del reloj y , por qué no, hacer un pequeño experimento… ¿en cuántos lugares de los que visitemos hoy nos dejarán entrar juntas sin problemas? Lo veremos…


Primera parada: la panadería

Aunque ningún cartel señala la prohibición, cuando llegamos a la puerta vemos dos perros “aparcados” en la puerta mientras sus parejas humanas compran el pan. Los perros están encantados tumbados al sol, no tienen que soportar el calor que desprenden los hornos dentro del establecimiento. Con casi una seguridad del 99% sobre su respuesta, pregunto a la dependienta cuál es el motivo de que nuestros amigos peludos no puedan entrar con nosotros a una visita que raramente excede los 5 minutos… “es por un tema legal, los animales no pueden entrar en establecimientos donde haya comida”…Wilma, que ya se ha hecho amiga de los dos perros, decide por sí sola unirse al grupo y tumbarse a su lado…sólo les falta que alguien les traiga un mojito para disfrutar del plan perfecto. Me dan envidia. Comprobaremos si lo que nos han dicho en la panadería se cumple en todos los lugares.


Segunda parada: el centro comercial

Independientemente de si los negocios que acogen admiten la entrada de animales o no, los centros comerciales se rigen por sus propias reglas. Si el reglamento del centro comercial no permite la entrada de animales, los establecimientos que están dentro deben aceptarlo. Con esta premisa, nuestra siguiente parada ha sido el centro comercial “Anec Blau” de Castelldefels (Barcelona). En su web no encontramos información sobre la admisión de mascotas así que vamos sin saber que nos encontraremos.


Desde la llegada al parking hemos comprobado que muchas otras personas llevaban a sus animales (eso sí, atados con su correa) así que Wilma y yo hemos comenzado nuestra segunda etapa del experimento: una vez dentro del centro comercial, ¿podemos además entrar en las tiendas?. Como primera opción hemos decidido que la tienda de la firma sueca H&M iba a ser el lugar perfecto donde comprobarlo. Dentro del centro comercial la mayoría de las tiendas pertenecen a los grandes grupos textiles así que es perfecto para averiguar “in situ” cuáles son las políticas que aplican sobre la admisión de animales.

Para nuestra alegría, no solo hemos podido entrar en la tienda sin problemas, sino que además sus trabajadores se han mostrado encantados con Wilma, saludándola y disculpándose con gran sentido del humor por no tener tallas adecuadas para ella. Otro de los grandes grupos textiles que está presentes en todo el mundo es el español INDITEX, al que pertenecen marcas como Zara, Zara Home, Pull & Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Oysho, Uterqüey Tempe. Nuestro siguiente paso es saber hasta dónde podemos llegar con un animal dentro de la tienda. Hemos decidido entrar en STRADIVARIUS y saber si es posible, además de acceder a las instalaciones, poder movernos libremente sin que nadie ponga algún problema. En esta ocasión, hemos cogido una prenda y nos hemos dirigido a los probadores donde, una vez más, Wilma ha sido recibida con los brazos abiertos. Para finalizar con nuestra prueba a los grandes grupos textiles, hemos elegido algo más delicado…una tienda de INTIMISSIMI, del grupo italiano CALZEDONIA, dedicada a la venta de lencería. Sin ningún problema Wilma ha podido entrar y recibir un trato exquisito incluso en los probadores.

Hemos ido entrando y saliendo en cinco tiendas más, zapaterías, tiendas de bisutería, electrodomésticos…sin que nadie haya puesto oposición a la entrada de Wilma.


Antes de abandonar el centro comercial, hemos intentado entrar en una tienda dedicada en exclusiva a vender accesorios para fiestas y disfraces… Nada más cruzar la entrada, una de las dependientas de PARTY FIESTA me ha pedido amablemente que dejara a Wilma fuera ya que las leyes no permitían su entrada señalándonos el cartel colgado en la puerta que habíamos ignorado. Se ha disculpado reiteradamente y nos ha explicado que el motivo: tienen un pequeño stand de dulces para niños y han sido multados en varias ocasiones por la policía ya que, como nos adelantaban en la panadería, no es posible acceder con animales a establecimientos que oferten alimentos. Con ella hemos leído el reglamento que impera actualmente en Castelldefels “Está expresamente prohibida la entrada y la permanencia de animales en cualquier tipo de establecimientos donde se manipulen, almacenen, vendan o sirvan productos alimenticios. Los propietarios de estos locales tienen que colocar en lugar visible la señal indicativa de tal prohibición y serán responsables de su cumplimiento” (Art. 20.1 de la Ordenanza Municipal sobre Tenencia de Animales de Castelldefels de Julio de 2002). Nos han explicado que no es una decisión de la tienda, que si la decisión dependiera de ellos los animales serían siempre bienvenidos. Nos ha confirmado además que otras pobalciones los animales acceden a sus tiendas sin limitaciones.

Después de esto, nos vamos a comprobar cómo otros negocios particulares de Castelldefels tratan este tema. Abandonamos el centro comercial con un porcentaje de éxito del 90%


Tercera parada: la librería

En el centro de Castelldefels encontramos la librería Canillo, un negocio tradicional con un local enorme dedicado exclusivamente a la venta de libros. Hemos entrado decididas a encontrar el último libro publicado por Félix J. Palma “El mapa del caos” publicado esta misma semana. Desde el primer minuto en la tienda el trato ha sido correctísimo, hemos conseguido llevarnos el libro a casa y una gran sonrisa.


Y ya que estábamos en el centro del pueblo, hemos aprovechado para hacer dos visitas más: una tienda de ropa de segunda mano y una tienda de ropa de lujo.


Cuarta parada: momento Pretty Woman

Con toda naturalidad hemos entrado en la tienda de ropa de segunda mano. La dueña de la tienda se encontraba fuera en ese momento, hablando con una clienta mientras se despedían y al entrar nosotras nos ha saludado con un “hola chicas”. Hemos recorrido la tienda, hemos buscado y rebuscado alguna prenda interesante mientras la dueña seguía fuera de la tienda transmitiéndonos una sensación de total confianza y comodidad con la situación. Antes de volver a casa, hemos hecho una última parada: una tienda de ropa y complementos de lujo.

En los pocos minutos que hemos estado dentro, tanto Wilma como yo hemos pasado totalmente desapercibidas mientras las dependientas atendían a otras clientas así que podemos afirmar que en el caso de haber querido comprar algo tampoco se hubiese planteado ningún problema.


Ha sido una mañana interesante, divertida y en la que Wilma y yo hemos podido disfrutar juntas de un día de compras a pesar de las limitaciones legales que imperan sobre algunos negocios. Hemos podido comprobar que son las leyes y no las personas quienes hacen que nuestros animales se sientan discriminados.


Laura W. Valenzuela es Corresponsal en España por Shan Newspaper